LA TABLA DE LA OUIJA A LO LARGO DE LA HISTORIA

La ouija es en la actualidad para nuestra cultura un elemento popular, que representa el mal a través de la invocación de los espíritus. Para la ciencia es un invento moderno. Y para algunas empresas es un simple juguete, incluso es vendido de esa forma en internet. ¿Pero de donde surgió? en esta investigación rastrearemos su posible origen en la antigüedad.

PITÁGORAS Y LA TABLA MÍSTICA

El matemático y filósofo Pitágoras de Samos (siglo VI a. C.) es considerado, en cierto modo, el primer “espiritista” filosófico. Creía en la trasmigración de las almas (metempsicosis) y en que el universo estaba ordenado por vibraciones numéricas que unían lo material y lo espiritual. Según testimonios de Jamblico y Porfirio (neoplatónicos tardíos), Pitágoras practicaba una suerte de “culto a los espíritus” a través de la armonía musical y geométrica. Se dice que él y sus discípulos usaban una tabla de signos para “conversar con el alma del cosmos”, conocida en los textos herméticos como la Tabla Mística Pitagórica.

Algunos ocultistas del siglo XIX (como Éliphas Lévi y Papus) reinterpretaron esa tabla como el antecedente remoto de la ouija, ya que consistía en un tablero con letras y símbolos que se utilizaba para recibir mensajes durante los trances pitagóricos. Pitágoras enseñaba que los muertos más sabios podían permanecer “vagando” cerca del mundo de los vivos hasta completar su purificación, una idea que luego recogería el neoplatonismo y más tarde el espiritismo.

EL ALMA Y LOS SELLOS DEL REY SALOMÓN

El siguiente eslabón es Salomón, rey de Israel, símbolo de la sabiduría divina.
En los textos apócrifos del Testamento de Salomón (siglo II–IV d. C.), se dice que el rey recibió de Dios un anillo con el sello sagrado (el hexagrama o “estrella de seis puntas”) que le permitía invocar y controlar espíritus y demonios. De ese texto derivan los grimorios medievales conocidos como La Clavícula deSalomón (Clavicula Salomonis) y su versión infernal: La Goetia o Ars Goetia, que describe los 72 espíritus que Salomón habría encerrado en vasijas de bronce. Allí se establecen los principios del ritual:

  • Un círculo protector,
  • Un altar orientado al Este,
  • Invocaciones con nombres divinos,
  • Y un instrumento de comunicación, que podía ser una varilla, un péndulo o una tabla simbólica con letras y signos cabalísticos.

Estos instrumentos mágicos prefiguran los dispositivos modernos de mediumnidad, incluida la ouija.

COLIN DE PLANCY Y LA ZAIRAGIA

El ocultista y demonólogo francés Jacques Collin de Plancy (1793–1881), autor del Dictionnaire Infernal, describió un sistema llamado Zairagia, atribuido a los sabiosárabes de la Edad Media. La Zairagia era una tabla numerológica mágica usada para recibir mensajes divinos o demoníacos mediante letras dispuestas en cuadrículas, que se combinaban al modo pitagórico. De Plancy menciona que la Zairagia podía usarse para “consultar a los genios invisibles” y que su método era una mezcla de matemática sagrada y adivinación. Este concepto influyó en los esoteristas del siglo XIX, que reinterpretaron las tablas mágicas como puentes entre la mente humana y las inteligencias invisibles.

ALLAN KARDEC, LA “BOSTON PLANCHETTE” Y LAS HERMANAS FOX

En el siglo XIX surge el Espiritismo, con AllanKardec (seudónimo de Hippolyte Léon Denizard Rivail), quien sistematiza la comunicación con los muertos como una “ciencia del alma”. En su Libro de los Espíritus (1857), Kardec menciona aparatos de escritura mediúmnica, entre ellos la planchette, una tablilla con ruedas y un lápiz que se movía sola durante las sesiones. Sin embargo, el verdadero punto de partida fue en 1848, cuando las hermanas Fox, en Hydesville (EE. UU.), afirmaron comunicarse con un espíritu a través de golpes y movimientos.


Años después, un inventor de Boston desarrolló la Boston Planchette (1853-54), una versión mecánica inspirada —según algunos relatos espiritistas— por “una voz del más allá”. Los miembros de sociedades ocultistas creyeron que ese invento había sido “transmitido” por entidades que formaban parte de la hermandad pitagórica, los “guías invisibles del conocimiento”. De esa planchette derivó, en 1890, la Ouija moderna, registrada por Elijah Bond y popularizada por la Kennard Novelty Company.

LA TABLA OUIJA, TAL COMO LA CONOCEMOS HOY

El desarrollo comercial de la Ouija se dio en 1890, cuando Elijah Bond, un abogado de Baltimore, registró la patente de un “dispositivo parlante” junto con Charles KennardyWilliam Fuld. El tablero, vendido por la Kennard Novelty Company, prometía permitir la comunicación directa con el mundo de los espíritus sin intermediarios. El nombre “Ouija” se dijo provenía de una combinación de las palabras oui (francés) y ja (alemán), ambas significando “sí”, aunque más tarde se supo que la denominación habría surgido durante una sesión en la cual el tablero mismo “se la reveló” a los presentes. El producto se popularizó tanto que fue vendido incluso como entretenimiento familiar, sin advertir de los riesgos espirituales que muchos médiums y religiosos denunciaban.

Ya en el siglo XX, la Ouija pasó a ser un símbolo cultural ambiguo: para unos, una simple curiosidad ideomotora (el movimiento inconsciente de las manos); para otros, una puerta real al plano espiritual. Científicamente, se ha demostrado que el puntero se mueve por pequeñas contracciones musculares subconscientes, pero los creyentes sostienen que esas “fuerzas” provienen de entidades externas. Durante las guerras mundiales y especialmente tras la Primera, millones de personas usaron la tabla buscando consuelo o mensajes de los muertos. Desde entonces, la Ouija quedó en el imaginario colectivo como una herramienta mística y peligrosa, asociada tanto a la curiosidad científica como al temor religioso, uniendo lo espiritual y lo psicológico en una de las historias más inquietantes de la era moderna.

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